/SECCIÓN ENTREVISTAS/
Entrevista para la sección «CineAdrede» de Pedro Ortega, para la edición digital de Diario Sur. Un repaso a mi cortometraje «Matryoshka».
- Enlace a la entrevista CineAdrede, Diario Sur.
- Copia del texto en mi web:
Fran Kapilla: Matryoshka
(Por Pedro Ortega, CineAdrede)
Matryoshka es un cortometraje malagueño basado en una aventura del espacio durante los años ochenta. Es un cortometraje rodado en lengua rusa (en palabras de la Embajada Rusa:“el máximo representante de un cine hispano ruso actual”) y materiales aeronáuticos reales.
Para ello contaron con la ayuda de actores rusos, asesores de esta lengua y diversas asociaciones culturales rusas. El detalle de realismo espacial es alto y meticuloso; los más exigentes en temas científicos quedarán satisfechos. La Sociedad Astronómica malagueña también ha colaborado con un aporte único en este proyecto.
Se ha contado con la ayuda coleccionistas de la aviación; el resultado de esta producción es sofisticado, científicamente documentado y artísticamente potente. Rodado en tecnología 4K, Dolby 5.1 y con efectos especiales que recrean la ingravidez.
Fran Kapilla
Fran Kapilla es guionista y director de cine, de origen valenciano afincado en Málaga. Desde muy joven se vio influenciado por el cine: sus padres abrieron el primer canal de televisión local en Beas de Segura, regentaban videoclubs en Jaén y Alicante, y una filmoteca de cine español en París;2 en los que a Fran Kapilla le gustaba colaborar. En adelante, comienza su formación como cineasta.3 Entre 2005 y 2006 estudia “Dirección y Guión de Cine y TV”, en Valencia. En 2006 estudia “Dirección de Cortometrajes” en Benidorm. En 2008 obtiene el certificado profesional de “Operador de Equipos de Televisión”, en Málaga. En 2010 obtiene el título oficial de “Técnico Superior en Imagen”, en Málaga.
Filmografía
Matryoshka (corto, 2017), Miguel de Cervantes en Vélez-Málaga (documental, 2015), Las hijas de Danao (2014), El pequeño doctor (corto, 2013), IDUS (videocreación, 2013), Nosotros seremos libres (corto, 2011), Pasaporte, por favor (corto, 2011), La ciudad inclinada (corto, 2010), Na-Da (corto, 2010), Aléjese del área (corto, 2009)
Sinopsis
Primera misión espacial con dos mujeres al mando. Las cosmonautas soviéticas Svetlana y Katyusha deberán afrontar momentos agónicos en el accidente de la nave orbital “Matryoshka”. Soledad, agonía, ingravidez, los ordenadores no funcionan y tienen pocosminutos antes de que todo explote.
¿Cómo nace el proyecto?
Surge como de costumbre, de una mezcla de ideas: yo estaba empezando a idear una historia de supervivencia en un momento crítico; también quería salir de los tópicos de usar a la mujer como mero hacia el héroe de turno. Es algo que incluso en el cine más actual sigue ocurriendo. Por eso me dije que debían ser dos mujeres las protagonistas, partiendo del famoso intento de la Unión soviética por establecer tanto a hombres como mujeres cosmonautas. En mi idea original tenía planteado varios escenarios: un submarino o una nave espacial rusa como escenarios de esa historia de supervivencia.
Ya conocemos la sinopsis, pero ¿sobre qué trata?
Pues en Matryoshka te vas a encontrar acción inevitablemente por el accidente en sí de la nave. También podría decir que vas a encontrar aventuras por la situación límite. Es como aquellas películas de desastres en barcos o aviones donde los protagonistas buscaban la forma de salir del lugar. También vas a encontrar mucha terminología científica y mucha dosis de veracidad, todas las pantallas son reales, las hemos animado nosotros y colocado en monitores, partiendo desde esquemas auténticos. La nave espacial está construída a escala real partiendo de diferentes diseños de “Soyuz” rusa a lo largo de los ochenta. Y los cálculos matemáticos que se ven, son una hipótesis planteada por la Sociedad Malagueña de Astronomía.
Personalmente, ¿qué fue lo que te llevó a dirigir una historia como ésta?
Pues desde el punto de vista científico, puedo decirte que me encanta la astronomía y todo su mundo. Desde el punto de vista cinematográfico, es porque hice un sondeo entre mis contactos y vi que podíamos conseguir material soviético del espacio, acceder a la Sociedad Malagueña de Astronomía, acceder al Museo del aeropuerto de Málaga y a muchos aparatos antiguos del almacén de la Universidad de Málaga que han sido reconvertidos. Desde el principio supimos que se iba a rodar en ruso, no sólo por ser históricamente acertado (por los pioneros de la astronáutica) sino porque me apetece abrirme más hacia el este que hacia el oeste, donde coincidimos con pensamientos artísticos y críticos.
¿Cuáles fueron los principales apoyos a la hora de producirla?
El principal pilar para nuestra “Matryoshka” es el equipo humano, como bien sabes, algunos técnicos de cine y otros personas que nunca se habían acercado al cine pero que han tenido un peso importante, sobretodo en las traducciones y adaptaciones del español al ruso (al ruso de los ochenta con terminos científicos), eso costó muchas reuniones y puntos de vista. Las personas es lo más sagrado en cualquier producción. Pero también hemos de agradecer al Museo del Aeropuerto de Málaga, a la Universidad de Málaga, al Limonar 40, a la Sociedad Malagueña de AstronomÌa y el club de ajedrez de Miraflores.
¿Y cuáles son los principales retos que tuviste que superar para que el proyecto se hiciese realidad?
Pues sobretodo fue el de construir la escenografía. Cualquier persona puede disponer de un traje de cosmonauta si lo busca, pero disponer de un nave espacial es algo muy difícil. Nosotros no hemos tirado de chromas ni fondos oscuros o difuminados; nuestra nave está construída y fue un reto. El primer módulo se construyó durante tres meses de trabajo diario, en las instalaciones del aeropuerto. Estaba lleno de cables, aparatos, pantallas, íbamos siguiendo los esquemas de las famosas “Soyuz”, y con sierras de calar, madera, metal, ordenadores y elementos de aviones, lo hicimos. El segundo y tercer módulo fueron más rápido, una semana mas o menos, facilitaba mucho el que no tuvieran ordenadores interactivos y sabíamos ya cómo ir más aprisa. Fue el requisito que más tiempo nos llevó, construir antes de rodar.
Háblanos de las fórmulas de financiación de la película.
Ha sido una tarea extra, la de encontrar financiación privada. No tuvimos la suerte de contar con ayudas institucionales que confiasen en nuestro producto. Suele pasarme cuando les presento proyectos que a priori parecen titánicos pero luego la realidad demuestra que con mucho, muchísimo esfuerzo salen adelante. En este caso el principal productor ejecutivo Ángel Madrid, confió en “Matryoshka” y luego también los rusos de las asociaciaciones culturales en Granada y Marbella pusieron su granito de arena en cuanto a logística y forma de movernos por sus círculos.
Preséntanos a los actores.
Las dos actrices protagonistas; María Ivanova y Oksana Hrihorash son las que dan vida a las dos cosmonautas: Svetlana y Katyusha. Son dos actrices ruso-españolas que viven en nuestro país pero que han pasado gran parte de su vida y proyectos en Rusia, Bulgaria y Ucrania. Cuando hice el casting tenía claro que si rodaba en ruso tenía que buscar a actrices que tuvieran esta lengua natal de un modo fluido, además tenían que ser fuertes, estar en forma por las condiciones del sistema de simulación de ingravidez. Después de una selección, encontré a dos actrices que me gustaban como interpretaban y que podrían funcionar muy bien. También hay unos papeles secundarios, como para nuestro malagueño Eduardo Duro, que es un actor que me gusta mucho y del que creo que se puede sacar mucho. Eduardo hace de un profesor de ajedrez que ofrece enseñanzas sabias, además en ruso. Para aprender su texto tuvo que asistir a clases de ruso durante dos meses, hasta poder decir con soltura sus párrafos. De la misma manera, Pierre Vives es un actor franco-español que vive en Alicante. Interpreta a un padre que enseña a su hija desde un momento del pasado. Y otro malagueño más, es Ángel Rubio, que aunque tiene un papel muy pequeño (se lo agradecemos infinitamente la colaboración), hace de ese tercer cosmonauta a modo representativo.
Luego las niñas Laura Robles Becerra y Paula Garrido Tickhonova, que han interpretado a las dos cosmonautas cuando eran niñas. Lo hicieron fenomenal.
¿Qué tal ha funcionado el equipo técnico? ¿Podrías presentarnos a sus integrantes?
El equipo técnico ha funcionado muy bien. Desde el principio se ilusionaron con el proyecto y les gustó mucho mis ideas sobre la historia, la ingravidez, la nave, etc. Ellos ayudaron a construir la nave, a diseñar el traje, a la comodidad de las actrices en el sitema de ingravidez, a recrear la atmósfera espacial, etc. Han sido personas muy implicadas hasta el final que han creido en “Matryoshka” y han luchado porque salga a la luz sin importar los obstáculos. Entre las personas del equipo quiero destacar a Escarta Godiri, que ha sido la dialoguista del guión, Juanma Postigo como director de fotografÌa, Laura García como asistente de dirección, Salva Ríos como jefe de producción, Ángel Madrid como diseñador de la escenografía, Lucía Violino como la compositora musical, Elise Tandé como directora de arte, Dani Díaz Santana como auxiliar de fotografía, Isra Fernández como cámara, Frank Demur como técnico de sonido, Jose Ojeda como infografista 3D, Katy Navarro como caracterizadora, Juan Antonio Álvarez y Alberto Castellón como principales asesores desde la Sociedad de astronomía y como asesores de cultura y lengua rusa tenemos a mucha más gente como: Elena Tickhonova, Yulia Kotova, Yulia Melkinova, Yulia Vorovyova, Alekk Saanders y Elina Arustamyan.
Seguro que durante el rodaje hubo muchas anécdotas. Cuéntanos algunas.
Quizá la ventilación del casco de cosmonauta. El casco es hermético y aunque no lo cerrábamos del todo, su material interno está hecho para almacenar un gran calor. Con lo cual, las actrices empezaban a sudar rápidamente y a quedarse sin aire. Inventamos un sistema de ventilación a través de los tubos originales que funcionaban, sin embargo, se oía el tránsito del aire en los micrófonos. Tampoco valían de nada los micrófonos externos al casco porque su material impide oir apenas a la actriz; así que recurrimos a trabajo contínuo de quitarle el casco cada dos minutos, coger aire, desempañarlo, secarle el sudor y volver a colocarlo. Así durante todo el rodaje, habremos puesto y quitado el casco quinientas veces; Salva Ríos y Laura García se hicieron expertos en dominar el sistema de cierre (que no es sencillo). Fue la única solución para sacar un sonido limpio.
¿Cómo se ha llevado a cabo la postproducción? ¿Cuál ha sido la pieza clave de esa fase?
La pieza clave de la postpo ha sido el retoque digital, para poder eliminar los elementos de sujección de las actrices y simular la ingravidez. También la creación de todas las escenas exteriores que transcurren en el espacio, para ello, el infografista tuvo que crear el modelo 3D tal como yo lo tenía dibujado, le dio vida, luz, volúmen… y después animarlo todo. En ese sentido he trabajado estrechamente con Jose Ojeda, el infografista; yo me dediqué al retoque digital, a borrar elementos y crear otros, como los fondos: el planeta, las estrellas, el sol, los reflejos, los destellos, todo animado en 4K.
Háblanos de la banda sonora.
Está compuesta por Lucía Violino de un modo exquisito y muy dedicado. Está realizada al detalle, imagen tras imagen que casan perfectamente con su música. Yo le di mis sugerencias sobre lo que me gustaba y lo que no, lo que me inspiraba y cómo la había imaginado. Lucía aceptó mis sugerencias en un porcentaje pero la mayoría es de ella, su composición es maravillosa y estoy muy contento del resultado. Es una auténtica profesional.
Ahora que ya puedes ver el cortometraje terminado, ¿qué es lo que, personalmente como espectador, más te gusta?
Lo que más me gusta es el mensaje en su conjunto, el de superviviencia, el mensaje humanista, la unión de fuerzas de mente humana contra ordenador. La amistad. Los sentimientos que provocan en su conjunto. Creo que es lo mejor.
¿Qué supone para el equipo la selección en el Festival de Málaga de Cine Español?
Estamos muy contentos con nuestra selección en el Festival de Málaga, porque es una forma de hacernos un hueco en nuestra ciudad, la que ha visto parir este proyecto, desde donde han surgido todos los procesos creativos de “Matryoshka”. Nuestro cortometraje tiene muchos elementos tecnológicos, habla del espacio, la lengua es rusa… pero sin embargo es un producto artístico íntegramente malagueño. Por eso es importante (y nos sentimos orgullosos) de poder encontrar ese hueco en el Festival de Málaga.
¿Sientes que merece la pena el enorme esfuerzo que supone hacer cine?
Merece la pena. Pienso que aunque el esfuerzo es enorme, porque muchas veces intentamos competir contra un mercado que no ya grandes productoras españolas sino que otros países extranjeros dominan preminentemente, aunque intentamos coexistir con mucho esfuerzo merece la pena. La recompensa más importante es la de comunicar un mensaje, al fin al cabo, el cine antes que industria es un medio de comunicación también. Un cortometraje no es un producto fácilmente vendible, más bien es un producto artístico para exponer, por eso, cuanto más se vea mejor y si es así habrá cumplido su objetivo.
¿Qué nos puedes contar sobre de su distribución?
Actualmente estamos distribuyendo por varios festivales de cine internacionales, quedan muchos por salir porque casi todos están aceptando inscripciones, así que durante los próximos meses sabremos en cuales encaja “Matryoshka”. Quizá lo más llamativos (a fecha de hoy) son las confirmaciones de San Petersburgo y del festival de Nueva York para el 2017. También estamos intentando entrar en el festival de cine de la NASA (si se celebra una nueva edición de este extraño festival).