PREMIOS GOYA 2020 (Vamos invitados) 34 edición

Aunque he estado en muchos festivales de cine, esta vez es diferente, por primera vez asisto a una gala de los Premios Goya. Como dice un amigo ilustrador «merece la pena estar ahí presente simplemente porque es el núcleo hard de la cinematografía española». He tenido la gran suerte de ser invitado junto a la actriz María Ivanova y os voy a contar mi experiencia en dicha gala; experiencia sobretodo positiva aunque con alguna reflexión a tener en cuenta; reflexión en la que quiero resaltar que yo soy más feliz creando y rodando que asistiendo a este tipo de actos, sin embargo, de tarde en tarde acudo a ellos.

Agnés Vag

Cuando me llegó la invitación fue algo que no me esperaba en ningún momento. No tengo ninguna película que sea candidata y mucho menos premiada (esto queda más en un sueño lejano); así que ni me molesté en intentar buscar ser invitado, sin embargo, surgió la oportunidad y me alegro mucho de haber asistido porque me lo pasé muy bien. Fue muy divertido y pude comprobar una cosa que me dejó helado: había bastante más gente que me conocía (o que conocía mi trabajo) de Madrid de la que yo pensaba.

Hablando con cineastas pro de alto nivel, con creadores, con actores, pude enseñar en mi móvil los tráilers de «Matryoshka» y «Disonancias» y me sorprendió ver cómo había gente que ya lo conocía. «Ah ¿pero tú eres el de Matryoshka, el del espacio?», me dijeron algunos, que casualmente habían visto el cortometraje hace un año y medio en la Cineteca de Madrid o en la World Film Fair de Nueva York. Imaginaos qué sorpresa, que nuestro trabajo sea conocido más o menos por algunos creadores importantes de nuestro país. Claro, después, cuando mostré el pre-trailer de «Disonancias«, todos me decían que «les sorprendía el nivel de nuestra producción, pasar del espacio a cine de época…». Yo con la verdad por delante, dije que todo se hizo con esfuerzo y medios limitados pero que mi intención es intentar ampliar y acercarme más a lo que están haciendo ellos, haciendo que nuestro cine sea más visible y entre en circuitos más reconocidos en España.

Añadido: También mostré el trailer de «Las hijas de Danao» y hablé un poco del nuevo libro que lanzaré: «Las hijas de Danao, un rodaje desde Málaga a París«

Premios Goya 2020 Fran Kapilla

Después, las conversaciones giraron entorno a este tema, sobre las grandes oportunidades empresariales y en festivales que hay en otros países y las limitaciones en España. Casi todos los creadores (con producciones de alto nivel) me contaban algo parecido a lo que me pasa a mí: que tienen premios en muchos festivales extranjeros y menos en España. O que han conseguido vender sus películas en otros países pero aquí no. Yo creo que me encuentro en una modesta semejanza pues aunque en España he tenido grandes alegrías en festivales, es cierto que la mayoría son del extranjero. Pero bueno, eso son temas que dan para otro tipo de escrito.

La gente con la que estuve a ratos es excelente, Ángel, Carlos, Josito, Eric, Valentín Paredes, Bárbara Cafferel y la gran María Ivanova. Lo pasamos muy bien y son personas con las que se puede hablar de cine y disfrutar.

Quiero resaltar la gala en sí. Fue espectacular y fue divertida. No es lo mismo verla desde casa en TV que verla en directo; es una gala que está hecha para disfrutarse en directo, por eso, desde la TV puede parecer que es lenta pero en directo, con las risas, los aplausos, las pequeñas pausas, los cockteles, los chistes y las charlas de proyectos, intercambio de contactos, de cine y más cine, se hace super divertida.

Goya Fran Kapilla 02

Me atreví a hacer algunas fotos con mi cámara de bolsillo, aunque las hay mejores, me gustaría mostrarlas aquí, porque más o menos estábamos cerca del escenario, como en mitad de la platea. Había en el lugar un despliegue de medios fotográficos y de hecho me encontré a los mejores fotógrafos de Málaga: Luis Brieva, Oscar Lugo y Laura Muñoz.

Sobre los premios que se concedieron en la gala, estoy de acuerdo en casi todos. Han sido grandes títulos, con producciones muy bien hiladas.

Los momentos álgidos (para mí) en la gala, son varios: el espectáculo musical inicial, donde se hace un repaso a la historia del cine desde los pioneros Lumiére hasta la actualidad, pasando por «los días oscuros para el cine» de la época censora franquista. También fue emocionante el premio a Benedicta Sánchez y a Belén Cuesta.

Igualmente emocionante fue el goya honorífico para Pepa Flores (Marisol). Durante muchos días se estaba hablando si Pepa iría en persona a recoger el goya; yo ya sabía, intuía que no iba a ir.

Y  por último, me gustaron unas frases concretas que Pedro Almodóvar pronunció. Dijo al presidente del gobierno, que existe un cine marginal, fuera de todos los circuitos comerciales y que está en riesgo de desaparecer, que es el futuro, que es nuestra cultura futura y que hay que protegerlo y ayudarlo. Me sentí identificado; mi cine es ese (de momento), fuera de los grandes círculos comerciales, fuera de la gran visibilidad, mi cine y mis medios sobreviven sin el apoyo de la industria. Os juro que parecía como si estuviese hablando de mí, con un largometraje creado y varios cortos con un acabado visual de gran esfuerzo, pero con cero oportunidades en el mercado. Y que uno de los grandes, Almodóvar, diga esto (cosa que muchos de los que están en medio no han dicho y no sólo no han dicho sino que nos han puesto el pie en el cuello a veces…) lo hace aún más grande. Gracias Pedro, ojalá esto vaya a mejor aunque lo veo difícil, porque estas palabras que me han parecido tan preciosas e importantes a mi, posiblemente no le han parecido importantes. No he visto a ningún político hablando de dicho asunto esta semana.

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Al día siguiente de los Goya, vi una noticia que compartía mi amiga, la actriz Laura Benavides, en la que los responsables de un colegio sacaban de los contenedores de la  basura las alfombras y los photocalls para reconvertirlos en material para las escuelas. Esa es la realidad para los presupuestos que se manejan en educación. Lo que quizá no saben muchos que compartan esa noticia, es que los que hemos hecho cine con nuestros propios medios, a veces hemos hecho lo mismo. Hemos ido pidiendo materiales o cogiéndolos de lugares donde ni siquiera se estaba reciclando. «Espigando» materiales, dándoles un nuevo uso, como diría la genial cineasta Agnés Vardá.

La realidad economico-artística de este país deja mucho que desear aún en este 2020. Por un lado está la industria, hay un amigo que me dice de vez en cuando: «La industria te fagocita y luego te usa como un engranaje que gira a base de un sueldo». En los Goya vi a mucha gente así (bueno esto ya lo sabía, no me hacía falta ir a los Goya), grandes creativos que viven a base de crear un cine de consumo directo, de ir a una apuesta segura con unas ventas garantizadas;  un cine que no permite alcanzar cotas de prestigio demasiado brillantes ni recompensas finales tales como las de los más grandes. Y también están los grandes, que hacen un cine más diverso, un año más comercial y otro año más de autor. Y así, con «una de cal y otra de arena» consiguen mantenerse con una taquilla asegurada mainstream y luego otras obras de más prestigio.

Esa es la industria que fagocita y te usa como engranaje. ¿Es necesaria? Posiblemente sí, EEUU tiene su industria similar y esto genera dinero. Es una riqueza para el país, es un bien para nuestra cultura. Los que se quejan del gasto en nuestro cine creo que no han calculado la lejanísima diferencia que hay entre cualquier película de Hollywood y un montón de títulos españoles. Tampoco han sopesado que un país que genera arte es un país rico porque el arte es lo que hace inmortal nuestra historia. Creo que aquí el debate inteligente no es si apoyar al cine al español o no,  sino cómo hacer un reparto más equitativo de las ayudas.

Son temas de análisis difícil pero lo que si está claro es que todo país necesita tener un mercado de su propio cine.  Y que el cine tiene que ser siempre un cúmulo de enseñanza, de propagación de sueños, de verdad y de denuncia. Cuando hay gente (o políticos) que no apoyan su propio cine es para preocuparse.

Yo, que soy una gota de agua en el mar del cine, solo puedo decir: seguimos creando, desde abajo, con nuestra gente y nuestros sueños, que eso sí, por lo menos los sueños vuelan tan alto como los Goya.

Goya Fran Kapilla 03

 

Goya Fran Kapilla 07La última imagen de la noche, nos dan churros con chocolate para los que nos hemos quedado a la fiesta. Y después de esto, a dormir ya, antes de que salga el sol. La anécdota: pusieron bandejas con un dulce que es típico de Málaga, las tortas «locas». Son tortas de hojaldre con caramelo y yema de huevo. Son una delicia centenaria en nuestra ciudad. Vi que nadie las cogía y estaban menospreciadas. Alguien de Madrid me dijo: «Es que tienen una pinta rara, ¿eso naranja es sobrasada, es salado?»

Les convencí para que las probasen y rápidamente se extendió el paladeo gustoso. Al instante, había mucha gente comiendo tortas locas. Acabaron con todas con todas las bandejas gigantes. Es que la calidad, a veces, está también en lo que no se conoce, en otras cosas que quizá se conocen menos en Madrid. Al igual que el cine, es arriesgado, pero el gusto está en que apostar por lo nuevo y lo atractivo.

Goya Premios 2020

Y ahora voy a poner unas cuantas fotos de las caras más famosas que pisaron el escenario. Me apetece poner mis fotos, la que hice yo con mi pequeña cámara de bolsillo. No son tan espectaculares como si hubiese tenido a mano alguna de mis cámaras pro, pero las pongo por el recuerdo y porque estuvimos allí delante, a pocas filas disfrutando de todo.

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