
El equipo de Disonancias me mostraba su alegría hace pocos días, cuando vieron el cartel oficial colocado en las redes y hasta en filmaffinity. En esta sección de mi web, voy a contar cómo hicimos el cartel y por qué elegí estos elementos y esta composición.
A la hora de realizar un cartel final, que represente tu película en una sóla imagen, la dificultad creativa puede variar entre difícil o muy difícil pero casi nunca resulta una labor simple. Surgen muchas ideas distintas y dentro de ellas, surgen pequeñas variantes que se traduce en muchas horas de planificación y muchas horas de creación.
Analizando mi guión, Disonancias, uno se da cuenta que tiene a tres protagonistas (Pilar Blanco, Escarlata Godiri y Eduardo Duro), acompañados de otros personajes de reparto, todos de época. Sin embargo, en el cartel aparece otro personaje que no es ninguno de los protagonistas. Y os explicaré la razón.

Si hubiese sido un cartel arquetípico
(menos mal que no lo es)
Lo más fácil y comercial es colocar a los protagonistas en cartel; también es lo más típico, según cómo se haga. No es nuestro caso. Si se realiza una fotografía especial en una sesión de fotos dedicada para el cartel, puede salir una composición interesante, es una forma de unir la línea comercial con una línea más depurada de cartel. Sin embargo para eso hay que dedicar un día a hacer esa foto, día extra que no tuvimos. Aunque los tres protagonistas siempre han encontrado tiempo para el proyecto, es cierto que tras el último día de rodaje se hacía muy difícil disponer nuevamente de ellos y todo lo que necesitaban para sus personajes de época: sus largas horas de peluquerías, sus horas de maquillajes y sus atuendos en general para una sesión de fotos exclusiva. Había que unir muchos departamentos y contar con el tiempo de estos tres actores que estaban ya en otros proyectos y trabajos. Por eso, no hicimos el típico cartel.
Cuando no se ha podido realizar una sesión de fotos con los protagonistas (si aún se quiere hacer un cartel con las caras de los protagonistas) se recurre a fotografías del rodaje o incluso fotogramas si están a muy buena resolución. Sin embargo, este resultado no me gusta; normalmente suele aparecer el efecto «de las caras flotantes»; caras que flotan en nubes del cielo o en agua o en montañas. Hay que atinar muchísimo para que esas caras no queden como «entes» semitransparentes en un cartel con sabor enrarecido. Tampoco me decidí por este tipo de cartel.
La otra opción podría haber sido la de dibujar directamente, es algo que me planteé y que tengo pendiente en publicarlo porque realmente lo empecé a fabricar. Sin embargo, el resultado del «dibujado» de personajes crea al final una estética «demasiado pictórica» que va a caballo entre el cómic o la portada de revista pulp (carteles como los que hace Drew Struzan) o el cartel expresionista (de la escuela alemana Der Blaue Reiter de principios del siglo XX). Esos estilos siguen existiendo pero se usan para películas muy concretas con géneros muy marcados, de aventuras o de una fuerte carga psicológica aterradora, respectivamente. Obviamente no era el cartel que yo quería para Disonancias y por eso, aunque lanzaré más adelante la versión de dibujo hiperrealista (estilo Struzan), realmente no es lo que le pega a mi obra y por eso tampoco realicé este tipo de cartel.
Por eso me decanté por realizar una sesión de fotos con un sólo personaje y así podría trabajar aspectos más simbólicos. Para empezar, la actriz que aparece en cartel es Visenya Clark (en Instagram: @visenya_clark) no es la protagonista de Disonancias, es una actriz que participó en el reparto y que se prestó gustosamente también para el cartel. Sin embargo, ella representa todo el conjunto del film perfectamente ya que representa a todas las mujeres sometidas en esa época, tanto en los barrios más pobres como en una mansión rica. No puedo contar mucho más de la trama final, pero cuando el espectador termina de ver Disonancias entonces entiende que un personaje anónimo, aunque no sea protagonista, puesto en cartel y con esa pose (que explico más abajo en «el simbolismo») queda perfecto para la conclusión de la trama.
Personalmente, estoy muy contento con el resultado del cartel que hemos hecho. Creo que ha sido un acierto estético y sé que está gustando mucho.
Composición: el equilibrio del cartel
Dentro de las múltiples opciones en la composición, opté por usar un esquema equilibrado en la disposición de los elementos. Me gusta el equilibrio y mucha gente lo notará porque cada vez lo uso más, el cartel de Matryoshka también era así y el nuevo cartel (Director’s Cut) de Las hijas de Danao también guarda un equilibrio. El equilibrio es un recurso compositivo que le pega mucho a obras épicas o de índole histórica, en el caso de Las hijas de Danao, como tiene una fuerte trama policial y otra trama operística clásica, también le pegaba un esquema desequilibrado (tal como era el cartel antiguo).
El equilibrio visual produce una sensación de solidez, de fuerza y de nitidez conceptual. El desequilibrio compositivo provoca sensaciones de inestabilidad, de agonía, de ofuscación. El desequilibrio de la imagen también me gusta mucho, sin embargo, noto que el ambiente de mis guiones casan mejor con planos e imágenes con un fuerte equilibrio visual. Esta estabilidad se convierte en un elemento más de mis guiones ya que realmente es una falsedad hipócrita, un equilibrio «irónico» donde todo parece ser perfecto; sin embargo las cosas no funcionan bien: la nave de Matryoshka, la vida palaciega de Disonancias, la vida parisina de Las hijas de Danao, etc.
Me gusta también este equilibrio porque es el paso evolutivo de las artes pictóricas del mundo medieval al renacimiento. En el renacimiento, se recoge el testigo artístico del mundo antiguo griego y romano; entonces dejan de hacerse obras con ese sabor medieval en que se usaba una composición hierática y un eje de simetría casi siempre absoluto, es decir, figuras que tenían brazos y piernas en mismas disposiciones, por ejemplo. A partir del renacimiento empiezan a crearse un equilibro diferente: jugando con el «peso visual» de los elementos.
Si observáis nuestro cartel, la actriz está de frente, mirando al espectador justo en medio del cartel. Sin embargo, rompo el eje de simetría al levantar un brazo con la copa de vino y dejar el otro abajo. Sin embargo, el equilibrio se mantiene, el «peso visual» está compensado con el tocado que lleva en la cabeza y que sobresale en abundancia hacia un lado. Me explico para quien no lo entienda: imagina que todo el cartel, la imagen está puesta en una balanza imaginaria, colocada en el centro. Al añadir un elemento a cada lado del punto central, la balanza puede moverse (y romperse el equilibrio), en nuestro caso, al levantar el brazo y añadirle la copa y el chorro de vino, pudiera parecer que la imagen se desequilibra hacia la izquierda, pero al añadirle el peso del tocado en la derecha, se equilibra de nuevo.
El peso visual de una imagen se establece por:
- la ubicación de los elementos,
- sus formas,
- su colores,
- sus tamaños,
- y su profundidad de campo.
En el caso de Disonancias, el tocado tiene una forma irregular y también está establecido que estas formas conllevan más peso visual frente a las formas regulares (el brazo y la copa); también la separación del centro de gravedad dan mayor peso, en nuestro cartel, el tocado está más separado del centro que el brazo. Por eso, aunque la textura y material del tocado son plumas, pelo, horquillas y cosas que pesan menos que un brazo con anillos y copa, la sensación final que nos transmite es la del equilibro absoluto.
La simbología de este cartel
Existen cinco puntos importantes en nuestro cartel, están colocados deliberadamente y los cinco cuentan una historia extensa.

- El rostro: Por un lado tenemos un rostro que mira desafiante al espectador. No es un rostro alegre, no transmite serenidad pero tampoco transmite una violencia clara, es un claro desafío. Me gustaba mucho esta idea porque representa el mundo de las mujeres sometidas y que se preparan para enfrentarse a quienes las maltratan. Durante la sesión de fotos hice algunas variantes, una de ellas era interesante, en la que la actriz tenía la boca tapada pero no con un pañuelo, sino con un collar. Supongo que mostraré esa foto más adelante en las redes; sin embargo, me gustó aún más este rostro serio, de total resistencia y total desafío al espectador.
- La copa derramada: Es el siguiente paso en la resistencia, es la consecuencia de la actitud desafiante del personaje. No está brindando, no está de celebración, está derramando una copa de vino en tu cara y sin quitarte ojo. Otra de las variantes que teníamos durante la sesión fotográfica es el uso de unos grilletes antiguos que ataban las manos del personaje mientras sujetaba un diamante grande. El significado de esta otra idea era la de la «cárcel de oro», que era prisionera pese a todo el lujo que supuestamente pudiese manejar. Pero me gustó más lo del vino derramado, es un símbolo más potente y más directo; es un insulto a quien la invita a beber. Esta idea de la copa gustó a muchas asociaciones de la defensa de los derechos de las mujeres, me dijeron «que fue un acierto total porque están cansadas de ver carteles en la que se victimiza a la mujer herida o golpeada, pero ven pocos donde se vea a la mujer que va a luchar contra lo que la somete.»
- El escote: Está puesto ahí a sabiendas del enorme contraste que ofrece con los otros elementos. Por sí sólo es un elemento frívolo y sensual. Si el personaje no estuviese derramando el vino ni mirando con tanta resistencia, sería una figura mundana y voluptuosa; pero combinado con los dos elementos anteriores, el escote se convierte en algo inusual. El personaje se convierte en alguien de la Corte que pese a vivir en un ambiente veleidoso y libertino (tal como tenemos en el colectivo mental de ese mundillo palaciego), no se va a dejar dominar por el mundo que intenta atraparla.
- El atuendo: Es indiscutible que sorprende el vestido, peluquería, maquillaje, joyería… El atuendo te indica que nos movemos en una época pasada y rápidamente en el cerebro aparece mucha información: épocas difíciles, hambrunas, guerras, guillotina, venenos, traiciones palaciegas, cualquier cosa que se te ocurra puede caber aquí aunque aún no hayas visto Disonancias. Pero todo ello ayuda a reforzar la idea de un «mundo lejano y difícil» donde las dificultades máximas las tenían los derechos sociales y la igualdad e incluso la ciencia. Rápidamente se forma en la mente del espectador una mini-película. Un atuendo bien estudiado es vital para establecer el contexto.
- El palacio que se ve atrás: Es el elemento más soterrado, está detrás y se ve menos. Su misión principal, igual que el atuendo, es la de enmarcar la trama de la película en época histórica. Sin embargo, no sólo tiene esa función. Si eliminásemos el palacio, sorpresivamente se rompería el «centralismo» de la imagen y es que la forma arquitectónica que elegí para ese fondo está formada de líneas que arrastran la mirada hasta el centro de la imagen, la mujer. Cada cornisa, ventanal, pared… conduce nuestra visión hasta el rostro, la mano de ella y la copa que sujeta, incluso la luz que entra por las ventanas parece llevar hasta estos puntos centrales. Otro de los detalles de resalte del palacio es el que cae justo detrás de la cabeza de la actriz. Hay una estructura con forma de arco que queda tras su cabeza y que de alguna manera le dan majestuosidad de forma muy sutil. Es un arco que parece enmarcar la cabeza con arquitectura elegante. Ese trocito tan soterrado podría haber cambiado toda la figura, imaginad: si ese segmento lo hubiese iluminado con una vidriera de luz entrante y potente, todos hubiesen visto a un ser divino, puro, eterno… pero en cambio deseo resaltar la humanidad de la mujer y su fuerza.
Los créditos dentro del cartel
Mucha gente me dijo que los créditos están un poco altos, que ocupan un tercio del cartel. Yo ya lo preveía y lo hice así a posta. Hace muchos años me hice la promesa de intentar poner a todos los participantes de mis proyectos (al menos los más importantes) en mis carteles, por lo menos mientras sean proyectos altruistas y colaborativos. Por eso, tanto Matryoshka, Las hijas de Danao o Disonancias tienen el mismo esquema con los créditos: el título viene a estar casi en medio del cartel, quizá algo más abajo y los créditos ocupan un tercio del área en la parte inferior.
Es algo que no me importa, cuento con ello desde el diseño inicial y por eso las imágenes las preparo para que se disfruten así. En el caso de Disonancias, lo que queda tapado por los créditos y el título es la parte de abajo del vestido, es la menos interesante y la que el espectador más puede imaginar. Lo principal está desde las caderas hasta el tocado del pelo y el palacio de atrás; por eso, realmente no queda tapado ningún elemento importante. En el caso de Matryoshka, por ejemplo, lo que puse en el tercio inferior fue el planeta Tierra en semioscuridad, dejando más visible todo lo de arriba: espacio, nave, destello del motor, etc.
Además, como ya se que los créditos se van a convertir en un elemento decorativo más, me gusta hacerles florituras. En este caso, en Disonancias, en vez de poner los nombres en líneas normales, he usado varias columnas que muestran los diferentes departamentos técnicos en bloques.
Cómo hicimos el cartel
Hasta para la realización de aquel cartel hizo falta un día de trabajo y de planificación. Previamente al día de la sesión, yo tracé en mi libreta hasta nueve ideas diferentes jugando con variantes en ángulos y con diferentes elementos de atrezzo.
Pensé mucho en qué tipo de iluminación usar para el cartel. Estuve a punto de decantarme por el «estilo Caravaggio», para dotar a la escena de un tono oscuro y algo siniestro, sin embargo, el estilo visual del cortometraje es bastante luminoso, realmente es hermoso, es «tristemente e irónicamente» hermoso con respecto a la trama. Así que me decanté por una mezcla entre el «estilo Rembrandt» y el «estilo clásico» de cuatro luces. Siempre me ha ido muy bien el «estilo Rembrandt», cuando estudiaba Imagen Superior lo usaba mucho en las prácticas. El resultado del cartel es luminoso pero dejando algunas sombras en el rostro y el cuello, y esas sombras están bastante difuminadas.
El cartel se realizó en casa de Carmela Font, que es parte de la creación del vestuario junto conmigo (Fran Kapilla; y en colaboración con Inma Escudero, Rosa Vega, Gabriela Martos y La casa de la curva). Carmela se encargó de vestir a la actriz Visenya Clark, con uno de los vestidos que tenemos en nuestro armario de atuendos de época. Se caracterizó a la actriz igual que que con todos los personajes que aparecen en el metraje, por eso, humildemente pensamos que el resultado final del film va a gozar de mucha calidad, al menos, tanto como el cartel.
Fue nuestro estilista, Juan Martos (de «Juan Peluquero’s») fundamentalmente quien realizó la peluquería de Visenya, aunque la peluquera Valentyna Potrebennikova ya preparó el camino unas hora antes, marcando el pelo y peinándolo en alto, para que fuese asentándose hasta la hora del inicio.
Katy Navarro, como siempre, hizo una labor estupenda. Maquilló y caracterizó a la actriz con ese estilo de época, estilo aristócrata, con una palidez atenuada y un maquillaje de belleza.
Mientras estos tres profesionales iban preparando a la actriz, el equipo de producción de aquel día, Francis Sierra y Julia Márquez empezaron a disponer de todos los elementos del fondo. Entre Francis y Julia siempre han hecho una labor excelente, tanto en el rodaje como aquel día del cartel. Recuerdo que el día que publiqué el cartel, al ver tantos comentarios positivos, Francis dijo en nuestro grupo interno, que él ya sabía que iba a quedar bonito porque lo estaba visualizando. Eso me gustó porque comprendí que el equipo técnico que me ha acompañado en Disonancias ha sido muy especial.
Mucha gente, al ver el cartel, me ha dicho: «qué bien está integrado el fondo, te ha quedado bien colocado«. Realmente no hay mucho truco, el fondo que corresponde con las paredes y la moldura dorada es totalmente real, mientras que la parte de los ventanales y techo están creados con ordenador. En su origen, el techo auténtico también era precioso, puesto que se veía una lámpara de cristal de la casa de Carmela, pero decidí cambiar la parte superior para darle más profundidad a la estancia y llenar de luz solar la escena, además una luz que va dirigida el centro de la imagen. Los elementos auténticos que usamos y que se ven en el cartel, están construidos en maderas y papeles pintados exclusivamente creados para nuestro rodaje. Estos elementos los hicimos para el propio cortometraje, para ambientar las zonas palaciegas y rellenar algunos fondos que necesitaban de una «amplitud» de época. Ya que los teníamos, era mejor usar estos elementos reales que usar un chroma key.
Realizamos unas trescientas fotografías con todas las ideas y posiciones que tenía dibujadas en mis apuntes; pero dedicamos más tiempo a la idea fundamental, a la de la copa derramándose.
Para los planos amplios usé un objetivo 25 mm 1.8 y para los primeros planos un 85 mm 1.4. Como usé lámparas de luz continúa en vez de luces flash, tuve que mantener unas velocidades entorno a 1/30 a 1/50 y unas sensibilidades entre 150 y 200 ISO. En realidad, los parámetros estaban muy ajustados al límite que me permitía la luz continua, pero el resultado fue muy agradable. Tenía ganas de hacer una sesión de fotos con luz continua.
La edición del cartel
Escarlata Godiri, (que es una de las protagonistas de Disonancias), me ayudó mucho a seleccionar la mejor imagen para editarla. Fue ella la primera que vio la fuerza en la mirada de resistencia y el símbolo de rebeldía con la copa derramada. Me aconsejó usar esta imagen en vez de cualquier otra y fue un gran acierto.
Fui retocando el cartel poco a poco, lo hice sin prisas, dedicando un tiempo de vez en cuando durante el invierno, mientras lo alternaba con otros trabajos y proyectos. La edición fue sencilla en cuanto a la imagen y algo más compleja en cuanto al fondeo del techo y los ventanales. Después de buscar muchas fotos libres de copyright de techos de palacios y catedrales, llegué a colocar unas esculturas, estilo gárgolas pero con ángeles, que unían las paredes reales con el techo falso. El resultado era más luminoso y majestuoso aún y además no quedaba mal del todo, pero no me convencía al cien por cien. Luego usé unas vidrieras enormes con un rosetón circular que quedaba tras la cabeza de la actriz. El resultado también era precioso, la luz del sol entraba tras ella pero la sensación que daba, como dije más arriba, es que parecía un «ente divino», cosa que no quería.
Finalmente encontré una foto con un ángulo ideal de la capilla privada de Versalles (que os aseguro que pese a ser una capilla es tan espectacular como nuestras catedrales). Usando los ventanales y techo de ese lugar, quedó perfecto el cartel. Se ajustaba perfectamente y conseguía el efecto que quería, sin abusar de la luz entrante, es un lujo palaciego en penumbra, de fondo.
La figura apenas la edité más allá del brillo, contraste y niveles que más me gustaron. Realcé el brillo de las joyas un poco, de la copa, del anillo, del collar. También realcé levemente el brillo de los ojos, esto es algo que siempre hago, incluso dentro de las películas aunque estén en movimiento. Normalmente, el brillo de los ojos tiende a oscurecerse al aplicar filtros y contrastes así que me gusta rescatar esa brillantez natural subiendo un cinco o diez por ciento la luz en los ojos, no mucho más para que no resulte artificial.
El evento que no se pudo hacer
(pero no pasa nada)
Mi intención era presentar el cartel a mitad de 2020 en algún evento exclusivo. Me gusta hacer eventos con mis proyectos, al menos para presentar el cartel y presentar el resultado del film. Es algo que me parece vital: el dar importancia a los proyectos para incluso hacer eventos.
Empezamos a planificar nuestro evento y estuvimos viendo el Teatro Cánovas para hacer allí mismo la presentación del cartel, el llamamiento a la prensa y un pequeño cocktel en mayo. También estuvimos hablando con el ayuntamiento de Torremolinos quien nos acogió de buen grado para preparar el evento en abril. Con el ayuntamiento de Torremolinos avanzaron mucho las gestiones y con el Teatro Cánovas, no nos dio tiempo porque comenzó el estado de alarma en España. Finalmente, con la pandemia, no pudo hacerse el evento en ningún lado. En aquel supuesto evento quería presentar, además del cartel oficial, un foto-montaje, un cuadro de época con las caras de todos los actores que participan en este rodaje, creado a partir de varios cuadros. Podéis leer con todo detalle sobre la creación de este foto-montaje en esta sección de mi web (El cuadro de época de Disonancias).
Los meses iban pasando y el equipo me dijo que lo dejara para después, para hacer el evento más adelante y descubrir el cartel (nadie lo había visto aún) en un evento quizá después del verano. Sin embargo, por los datos, las estadísticas y lo que decían los expertos en sanidad, el virus iba a tardar en marcharse. Hubo gente en el equipo que me dijo que hiciéramos un evento «online», como una videoconferencia múltiple para que cada uno, desde sus casas, hablase un poco. Hicimos una prueba de videoconferencia pero no salió bien. La gente no estaba aún acostumbrada y unos no sabían instalarse las herramientas, a otros no les iba el sonido, otros tenían mala señal de internet y otros no tenían tiempo. Supongo que si esta pandemia dura más tiempo, al final todos se harán expertos en videoconferencias, pero en aquel abril, mayo de 2020, la prueba fue regular.
Así que decidí no hacer ningún evento, ni prensa, ni entrevistas especiales ni nada de nada. Sencillamente colgué el cartel en internet, en la web del proyecto y en las redes sociales. Hay que seguir avanzando y no pasa nada, si no se puede hacer evento presencial, pues se muestra el cartel donde se pueda.
Lo importante es que el cartel está hecho, para que todos lo disfruten y/o admiren si les gusta el proyecto. Lo importante es que seguimos adelante. Lo importante es que mantengamos salud para el siguiente paso, la presentación del tráiler oficial dentro de poco, este verano.
Un abrazo a todos.
Un comentario sobre “Creación del cartel oficial de «Disonancias»”